Presentado apenas unos días antes y sin rondas de debate por área, el jueves 3 de diciembre el gobierno macrista hizo aprobar de apuro el Presupuesto porteño 2016. Como bien dijo Bodart en la sesión de la Legislatura: «Aumentan el ABL un 28% en promedio, hay 350 millones de pesos menos de lo que necesita el Hospital Garrahan para funcionar y no resuelve los graves déficits en salud pública, educación y vivienda.» El PRO contó con los votos de sus socios de SUMA+. En la misma sesión, gracias a esos votos y a los del interbloque K, el macrismo impuso varias otras leyes perjudiciales:
· Nuevo endeudamiento público por 460 millones de dólares, sólo para seguir pagando deuda. Una hipoteca a futuro que pagarán los vecinos.
· Nueva deuda pública por 250 millones de dólares para obras del subte H y compra de vagones e instalación de dos plantas de tratamiento de residuos. Estas inversiones se podrían hacer con fondos propios, sin endeudar a la Ciudad.
· Le ceden un predio verde público de 47 hectáreas del Parque de las Victorias a un golf club privado por 20 años. Sin palabras.
· Crean el «Distrito Joven» en Costa Salguero y dan en concesión privada tres espacios verdes públicos. Menos verde, más cemento.
· Crean el «Distrito de la Innovación» en el predio del Tiro Federal, con beneficios a emprendedores empresarios y universidades privadas. Más privatismo.
· Crean la «Agencia de Bienes» para manejar todos los inmuebles públicos porteños y venden parte de El Dorrego y dos hectáreas del Tiro Federal. Más entrega.
· Rezonifican el valioso inmueble público Design Center de Recoleta y de ese modo autorizan su venta. Más descapitalización.
· Concesionan a empresas el Centro Municipal de Convenciones, así como también una parte de la Plaza Houssay y su estacionamiento. Más negocios privados.
· Anulan la elección democrática de los representantes docentes a las juntas de clasificación, que a partir de ahora designarán a dedo los dos mayores sindicatos. Otro atropello a los maestros, que votaron juntos el PRO y el bloque K.
A cambio de los votos «opositores» a estas leyes, el macrismo repartió cargos en el Consejo de la Magistratura, la Auditoría General de la Ciudad, la Defensoría del Pueblo, el Consejo de Planeamiento Urbano y el Consejo de los Derechos de los Niños. Como es obvio, el diputado Bodart votó en contra de todas estas barbaridades.