El pasado 29 de junio, más de 42 muertos en el aeropuerto de Estambul, la principal ciudad de Turquía. El 2 de julio, al menos 20 muertos en un restaurant argentino en Dacca, la capital de Bangladesh. El 3 de julio, otros 213 muertos en una zona comercial de Bagdad, la capital de Irak, atestada de gente al terminar la festividad musulmana de Ramadán. Y el 12 de julio otros 13 muertos a causa del estallido de un coche-bomba en un mercado popular al norte de Bagdad y además cuatro jugadores de fútbol decapitados en Raqa, Siria, acusados de espías y por considerar que practican un deporte anti-islámico…
En suma, casi 300 muertos y cientos de heridos causaron los cuatro últimos atentados suicidas cometidos por ISIS (Daesh o Estado Islámico). Repudiamos enérgicamente estos crímenes de dicha organización terrorista ultraislámica, que controla zonas en Siria e Irak y cuyo objetivo contrarrevolucionario declarado es imponer un califato fundamentalista que abarque todas las regiones de influencia musulmana.
Al mismo tiempo repudiamos la intervención imperialista en varios países de Medio Oriente a fin de controlar la riqueza petrolera. Los bombardeos de EE.UU., sus aliados de la OTAN y potencias como Rusia también provocan muertos entre las poblaciones civiles y de ese modo retroalimentan el accionar criminal de ISIS. Lo mismo en cuanto a gobiernos dictatoriales locales como los de Siria, Turquía y Arabia Saudita, o al Estado sionista de Israel -genocida del pueblo palestino-, cuyos crímenes y persecuciones constantes le dan asimismo argumentos a ISIS o que directamente financian a esa banda vía la compra clandestina de petróleo.
Imperialistas, dictadores y terroristas son todos ellos sinónimo de barbarie y funcionales entre sí, y únicamente traerán más muerte y barbarie para los sufridos pueblos del Medio Oriente. Sacárselos de encima es una tarea decisiva e inmediata para dichos pueblos, acompañados por la solidaridad popular internacional. Apoyamos su pleno derecho a autodeterminarse y decidir su propio destino, inclusive a alzarse en armas como lo hace el heroico pueblo kurdo, para de ese modo poder avanzar en un camino de libertades democráticas, derechos sociales y contra las corporaciones capitalistas que los saquean.

Pablo Vasco