Aval a Vidal del PJ, los K, el Evita y el massismo.
De forma exprés, Vidal y el PRO lograron votar el Presupuesto 2018. Implica más ajuste y deuda, pero todo el pejotismo lo votó. Este año ni las CTA movilizaron. Debemos organizarnos para frenar sus consecuencias.
A Vidal la negociación le resultó más fácil este año. La transa volvió a incluir la compra de votos por cargos y otros favores. Como el massismo que se lleva la Defensoría del Pueblo; además de renovar puestos en directorios como el Banco Provincia, IPS, IOMA y otros. O la repartija millonaria por espacios de poder en ambas cámaras, asesores, etc. Más los “favores” a los intendentes.
Los muchachos pejotistas, todos unidos votaremos…
Con igual velocidad que el Presupuesto, todas las variantes del PJ, los K incluida la Cámpora, el Movimiento Evita y el randazzismo, además del massismo, levantaron las manos para votar un nuevo endeudamiento de $84.329 millones, lo que requiere mayoría especial de dos tercios de ambas cámaras.
Además de la ley impositiva que incluye fortísimos aumentos del inmobiliario (sube 56% el urbano y 50% el rural y un nuevo revalúo); junto a bajas a empresas que tributan ingresos brutos. Y las modificaciones a la Ley de Responsabilidad Fiscal Municipal que establece límites al gasto de las comunas; léase congelamiento de planta y “subas” salariales. Lejos quedaban los ecos del llamado a votar para “pararle la mano al macrismo”. Todos las levantaron para dar “gobernabilidad”.
Vidal encabezó la transa. Arrancaron el 7 de noviembre al reunirse con sus ministros en el Banco Provincia en Capital, con Massa y su comitiva de diputados e intendentes. Luego, el Jefe de Gabinete, Salvai tuvo varios encuentros con intendentes para alinear tropas (Insaurralde, De Jesús y otros).
Así, en el FPV, sólo 10 de los 17 integrantes se opusieron al Presupuesto y lo votaron encumbrados cristinistas.
PRO ajuste, PRO banqueros, PRO empresas
Un presupuesto 2018 que implica un congelamiento respecto a 2017 ya que, tanto el gasto como los ingresos, se ajustan por abajo de la inflación estimada en 15,7%. Con un gasto de $ 629.963 millones (+15%) e ingresos de $ 599,060 millones (+15,2%), se reduce el gasto en términos reales y en poder adquisitivo. Es la lógica de Vidal para bajar el déficit: las decisiones de gasto se fijan por abajo de los ingresos y ese gasto se proyecta por debajo de la inflación.
Así también los estatales estarán entre los afectados. Con una inflación baja (15,7%) se ata la evolución del gasto en personal al 14,6%, por abajo de esa inflación. Y buscan así un techo a las paritarias. Lo que se agrava por el uso político de anunciar una paritaria docente para el 1º de noviembre que nunca se llamó.
Vidal avanzará también en la precariedad laboral ya que planea reducir 4% la planta permanente e incrementar 13,6% el personal temporario. En mayor medida afectará a la docencia: los cargos titulares se reducen 10,8% y los provisionales suben 14,8%.
Luego de fuertes recortes en Salud y Educación, las subas nominales de 2018 no alcanzan siquiera a la situación de 2015. En Salud la “mejora” es despreciable: pese a pasar al 6,3% del total del Presupuesto para 2018, contra 5,6% en 2017, se sigue lejos de los niveles previos a 2015 con Scioli. Eso profundizará más la crisis sanitaria.
En Educación, que tuvo el 27,8% del Presupuesto en 2015 y llegó al 33,2% en 2008, para el 2018 representará el 26% del gasto total. Así, con Vidal, la pérdida en Educación desde 2015 implica $30.357 millones, una caída del 7,7%.
Lo que sí sube y mucho es la deuda y su extranjerización. Vidal duplicó el endeudamiento sólo en 18 meses de gobierno. El pago de intereses subirá 29,6% y casi la mitad de la deuda que se tome se usará para amortizar deuda ($ 36.077 millones, 46,4%) mientras los intereses representan el 36,2%. Por eso el 82,6% de la deuda en 2018 (como mínimo $ 74.396 millones) irán a pagar amortizaciones e intereses. Lejos de los anuncios de endeudarse para hacer obras…
La lucha contra las reformas macristas debe incluir el reclamo contra el presupuesto de ajuste y endeudamiento infernal. En cada asamblea, gremio, lugar de trabajo, estudio o barrio debemos desnudar el doble discurso PRO. Y organizarse para enfrentar sus consecuencias. Además de avanzar en unidad política como planteamos desde el MST en Izquierda al Frente.
Francisco Torres, Sec. Gremial FND-CTA Federación Nacional Docente