El gobierno de Macri quiere que seamos lxs trabjadorxs y el pueblo quienes paguemos la crisis. El plan que prepara junto al FMI será un nuevo salto en las políticas de ajuste. Además de enfrentarlo, lxs de abajo necesitamos un plan alternativo para que sean los capitalistas quienes paguen la crisis. Presentamos algunos puntos centrales de nuestro plan alternativo.
Deuda externa: auditorÍa y no pago
La deuda externa es una de las causas centrales de las crisis cíclicas a las que hemos estado sometidos desde la dictadura genocida hasta el presente. Todos los gobiernos han tratado de ocultar esta entrega porque todos fueron «pagadores seriales».
La deuda externa es un mecanismo fraudulento al servicio de acrecentar las riquezas de los especuladores locales y extranjeros, y de sostener la transferencia de riquezas hacia los países imperialistas. El endeudamiento se disparó bajo la dictadura para financiar la bicicleta financiera y mediante la estatización de la deuda de los grupos económicos privados. Se infló aún más bajo el menemismo para sostener la convertibilidad que favorecía a los especuladores y a las empresas privatizadas. Siguió subiendo con De la Rúa y también con los Kirchner a pesar de que durante sus 12 años en el poder se conviertieron en los gobiernos que más deuda pagaron.
Cuando los créditos ingresaron al país lxs trabajadorxs y el pueblo no vimos un solo peso. Se fueron a engordar los bolsillos de los capitalistas. Pero a la hora de pagar, siempre se hace a costa de un brutal ajuste sobre lxs de abajo. La deuda es ilegal, ilegítima, fraudulenta e impagable, como quedó demostrado en el «juicio de la deuda» del fiscal Olmos. Por eso proponemos una auditoria ciudadana que demuestre quienes se han enriquecido con este mecanismo perverso, y sostenemos que no hay que pagar ni un solo peso de deuda. Además, hay que romper con el FMI y otros organismos de crédito internacionales que buscan profundizar el sometimiento de nuestra economía.
Nacionalizar la banca y el comercio exterior
La corrida cambiaria de las últimas semanas demostró el papel de los especuladores en la economía. El gobierno los beneficia con tasas de interés elevadisimas a nivel internacional. Por eso traen capitales, compran LEBAC, se cobran la tasa de interes y vuelven a sacar los dolares, para luego volver a repetirlo. Esta bicicleta financiera la pagamos nosotrxs. La banca privada está al servicio de sostener este y otros negociados similares. El ahorro nacional en sus manos se utiliza para potenciar el rendimiento de sus activos financieros, favoreciendo en el medio a todo tipo de actores especulativos, desde la timba financiera hasta los «desarrolladores» inmobiliarios. Por eso hay que estatizar la banca y ponerla bajo control social para que el capital allí acumulado se ponga al servicio de un plan de emergencia de lxs trabjadorxs.
Lo mismo sucede con el comercio exterior. Hoy está en manos de empresas exportadoras multinacionales como Cargill, Nidera, Bunge, Dreyfus, etc. En 2017, las cinco más grandes concentraron el 56% del total de exportaciones de granos, harinas y aceites. Hay que nacionalizar el comercio exterior para que las divisas generadas no se fuguen hacia el circuito privado y puedan estar al servicio de un plan económico alternativo. Necesitamos también una reforma agraria agroecológica para terminar con la concentración de la tierra y el agronegocio.
Servicios públicos: estatales y con control social
Uno de los temas mas importantes de la actual coyuntura son los brutales tarifazos en los servicios. Nos quieren convencer que «hay que pagar la fiesta». Pero la fiesta fue para las empresas privatizadas que recibieron subsidios millonarios y ahora nuevamente se benefician con el aumento de las tarifas.
El acceso al gas, la electricidad, el transporte, el agua, etc. son derechos. Es una estafa que estén en manos de empresas que lucren con su prestación. Se llevan las ganancias y no invierten, por eso cobran todo lo que pueden y brindan servicios pésimos. Hay que estatizar los servicios públicos. A su vez, se tiene que implementar un riguroso control social -de los trabajadores y usuarios- para asegurar su transparencia y eficiencia.
Plata para salario, salud y educación
Estas medidas, sumadas a otras como una reforma tributaria para que paguen más los que más tienen, permitirian disponer de una gran cantidad de recursos para dar vuelta la tortilla y desarrollar políticas para lxs trabajadorxs y el pueblo. Hay que prohibir despidos y suspensiones y estatizar las empresas que no cumplan. Blanquear a lxs precarizadxs y, establecer salarios y jubilaciones mínimas acorde al costo real de vida con actualización automática por inflación. Para garantizar condiciones de vida dignas los planes sociales deben ser acordes a la canasta familiar, lanzando simultáneamente un gran plan de vivienda y obra pública para garantizar trabajo para todxs. Frenar la inflación mediante el control de precios y la Ley de Abastecimiento a las empresas que incumplan.
Luis Meiners