Tras la derrota, Vidal habló de “escuchar”, aunque sin cambiar de política. No hubo “errores” como dice. Sí un castigo al brutal ajuste que aplican con Macri y el FMI. Por el lado del PJ y Kicillof solo dicen que “ya vuelve la felicidad”. Qué plantea la izquierda ante la crisis.
Cuando Macri reconocía la derrota, Vidal no dijo palabra. La sonrisa se le desdibujaba ante el cachetazo recibido. No lo esperaban. La estrella de Vidal se apagó y solo quedaba al último bajar el interruptor… Por eso, al otro día, tuvo que llamar a una conferencia para afirmar: “todavía sigo siendo la gobernadora de ustedes…”. No aclares que oscurece, dicen.
Ante la prensa, la gobernadora arrancó sonriendo. Pero se fue enojando por las preguntas y terminó desencajada, como expresión de la paliza recibida. Así marcaba su soberbia ante un masivo rechazo que no logran explicar. Porque no hubo “errores” que su gobierno debiera corregir, como dijo. Sí un fuerte castigo del 70% de bonaerenses que votaron contra sus políticas.
En la que se considera la “madre de todas las batallas”, la condena al macrismo fue por un margen mayor que el rechazo en el país. En la Provincia, la diferencia que le sacó Axel Kicillof, ex ministro de Economía de Cristina, fue del 18 puntos sobre Vidal, cuando a nivel nacional fue de unos 15 puntos.
Vidal y el ala burguesa que la promovía como recambio dentro de Cambiemos, apostaba al corte de boleta para no ser arrastrada por Macri. Pero ese corte a Mariú fue mediocre. Esperaban una diferencia de 3 a 5 puntos para remontarla en la votación real de octubre. Pero el Frente de Todos arrasó en casi toda la provincia.
La derrota en el conurbano, que agrupa a la mayoría, fue más amplia aún. En la tercera sección, que reúne al 36% de electores bonaerenses, Vidal pierde por el 60% a 24%. Sus intendentes estrella también fueron castigados: Garro pierde en La Plata, Molina en Quilmes, Ducoté en Pilar, Grindetti en Lanús y Valenzuela en Tres de Febrero. Salen derrotados, con dificultad de remontar.
Por eso el llamado “círculo rojo” critica al macrismo por no adelantar la elección provincial para despegarla de la presidencial y salvar a Vidal y sus intendentes. Pero son martingalas de sectores PRO-patronales que se niegan a reconocer el rechazo al ajuste sin fin practicado por Vidal, Macri y el FMI, junto a las corporaciones, terratenientes y banqueros, “dueños” de la provincia.
Un mal menor que aparece como el peor de los males
El pueblo volvió a echar mano al voto castigo más que a la “esperanza” planteada por la dirigencia K. Con resignación más que alegría, muchos apelaron al llamado “mal menor” para sacarse de encima a Vidal y Macri. El pueblo no soporta más ajuste y se agarró del supuesto “voto útil” para castigar a quien “cambió” pero para peor.
Porque no estábamos bien cuando Cristina, Kicillof y Scioli ostentaban el poder. Pero Vidal agravó los indicadores sociales que ya eran malos en 2015. Así lo recordó Vilma Ripoll tras la conferencia de Vidal: “Lo dijimos en campaña, las verdaderas ‘obras’ de Vidal son el mayor endeudamiento de la historia, la mayor pobreza, inflación y desempleo en los últimos 15 años. Por eso, más que “escuchar” como ella dice, Vidal, Macri y el FMI se tienen que ir ya. Y adelantar las elecciones a Asamblea Constituyente, junto a medidas para pararle la mano al ajuste y la devaluación”.
También denunció que, mostrando ser una nueva frustración, Kicillof y Alberto tampoco hablan ni plantean medidas contra la especulación y remarcación de precios. Al contrario, dejan correr para que se haga la “tarea sucia” antes de asumir. Alberto ya había dicho estar por una fuerte devaluación para hacer “competitivas” las empresas y juntar los dólares para pagar al FMI.
Por eso Kicillof guardó silencio, esperando que pasen los nubarrones económicos. Colgó su traje de economista para ponerse el de candidato “serio”, al servicio de los de arriba. Dice no querer desestabilizar, cuando en realidad deja pasar una nueva rosca al torniquete del ajuste. Así se prueba el ropaje de gobernador, pero del que no piensa plantarse frente al dólar y una remarcación salvaje que aumenta los productos de necesidad de las mesas bonaerenses.
Otra vez se los ve funcionales al macrismo que dicen combatir. Y eso no es nuevo ya que le votaron todos sus presupuestos de ajuste, paquetazos impositivos y leyes de endeudamiento que requieren de los dos tercios de los votos en una legislatura donde Vidal es apenas primera minoría. Massa y sus legisladores cogobernaron con Vidal, a cambio de cargos y prebendas. Igual, muchos intendentes que le dieron el voto de sus diputados.
Por eso en las redes sociales los K y el PJ rechazan todo llamado a movilizar. Cuando los que ganaron deberían ser quienes planteen medidas urgentes ante la crisis que abrió la debacle electoral. El modelo “neoliberal” que critican recibió un mazazo que lo dejó en coma, pero los K se niegan a desconectarle el respirador al termidor PRO-imperialista. Así su discurso “popular” se diluye ante el saqueo capitalista que dejan pasar.
La fuerza de la izquierda que se une en la provincia
No va más ese supuesto “mal menor” que se evidencia hoy como el mayor de los males. Frente a un gobierno en retirada que da zarpazos, pero lo dejan hacer en aras de la gobernabilidad. Ante esto valoramos que la izquierda que se une sea cuarta fuerza.
Con una campaña militante y sacrificada en la provincia, el MST y el FIT Unidad suman el 3,59% de los votos a presidente y 4,00% a diputades nacionales. En la populosa 3ra sección electoral, con cerca de 4,2 millones de electores sobre 11,8 millones que hay en la provincia, el FIT Unidad llega al 3,97% en la categoría de senadores provinciales, lista encabezada por el MST y nuestra compañera Vilma Ripoll.
Para la categoría de diputades nacionales, lista que integran Néstor Pitrola, Guillermo Pacagnini y Andrea Lanzette, la votación sube al 5,43% en La Plata, 5,59% en Bahía Blanca, 4,97% en Morón, 4,9% en Alte. Brown, Ituzaingó y Hurlingham, 4,5% en Lanús y Ensenada, 4,79% en Tres de Febrero, 4,3% en Matanza, Avellaneda y Berazategui ó 4,25% en Gral. Pueyrredón y Quilmes. Mientras que, para intendente y concejales, llega al 5,4% en Bahía Blanca, al 4,9% en Bolívar, 4,4% en Alte. Brown y 4,2% en La Plata.
Llamamos a jugar esa unidad y respaldo en una salida integral a la crisis, en beneficio del pueblo trabajador. Por la unidad del sindicalismo combativo para enfrentar el ajuste y exigir a la CGT y las CTA un paro y movilización para que se vayan Vidal, Macri y el FMI.
Al mencionar en la prensa la “nueva devaluación”, Vidal se limitó a hablar de medidas para “acompañar a los más vulnerables”. Como si no tuviesen responsabilidad en evitarla y poner un freno a los especuladores. Ante ese dejar hacer de Kicillof y los Fernández, es urgente tomar medidas como rebajar y congelar precios y tarifas.
Reestatizar las privatizadas como Edenor, Edesur o EDELAP, las empresas de gas, agua, petróleo, telefonía, trenes y transporte en la provincia, para ponerlos a funcionar bajo administración y control de trabajadores y usuarios populares.
Con lo que Vidal paga de intereses de la usuraria deuda “provincial” se pueden aumentar los salarios, jubilaciones y planes sociales. Ante la deuda que Vidal quintuplicó, proponemos suspender todo pago e investigar. En menos de 4 años, Vidal recibió del exterior casi un presupuesto provincial entero, pero nada de eso se vio. Y la mayoría se fugó. Imponer además el control de cambios y forzar a terratenientes y oligarcas a liquidar sus cosechas y dejar de especular.
También cortar los $ 29.000 millones que Vidal destina a subsidiar a la Iglesia y empresas de la enseñanza privada para volcarlos a la escuela estatal. Con estas y otras medidas daremos respuesta a la crisis política abierta por el cachetazo electoral que pone en cuestión la posibilidad de llegar a octubre (o diciembre), sin medidas radicales a favor del pueblo.
Francisco Torres