MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

Ante la agudización de la crisis: Nuestras medidas de emergencia

Spread the love

Al agravarse la crisis, aparecen dos opciones: la de los candidatos del ajuste, que difieren en los ritmos y grados para gerenciar el capitalismo semicolonial argentino y la que planteamos los socialistas del MST, plasmada en el programa de 20 puntos del FIT-Unidad.

Al ir al súper se siente el mayor ajuste en los ingresos populares tras la devaluación macrista, avalada por Fernández al decir que el dólar a $60 está bien.…¿Está bien para quién? Para capitalistas, oligarcas, banqueros y su casta política, pero no para el pueblo.
¿Es salida bancar la “gobernabilidad” del ajuste para que Macri termine sin sobresaltos? Porque la “tranquilidad” que quieren dar a “los mercados”, es la intranquilidad y saqueo a millones, con salarios y jubilaciones bajo la pobreza, valuada en $31.148. Ni hablar de quienes no tienen empleo. Entonces, ¿qué medidas impulsar, con la movilización, para revertir la actual debacle social? Vayamos por partes:

¿Qué hacer con los precios y la inflación? Decían que era lo más fácil, pero los precios siguen imparables. La inflación es un “impuesto” regresivo con el que empresarios y gobiernos se apropian indirectamente de nuestros ingresos. Se la puede frenar eliminando el IVA de la totalidad de productos de la canasta familiar. Con esta medida, esa gran canasta de productos bajaría entre un 10 y 21%. A su vez, para dar marcha atrás con las subas y congelar los precios, en las cadenas formadoras hay que implementar el control por parte de sus trabajadores, para conocer los costos reales. Y sancionar a quien acapare o remarque según la Ley 20.680 de Abastecimiento.

Esa ley, en su Art. 5º, prevé multas millonarias, clausuras e inhabilitación a quienes: a) elevaren injustificadamente los precios o tuvieren ganancia abusiva, b) acaparen materias primas o productos, c) intermediaren innecesariamente en la distribución y comercialización, d) redujeran la producción o no la incrementen habiendo sido intimados. Esta ley fija que los funcionarios no necesitan autorización judicial para ingresar a cualquier establecimiento con la fuerza pública. Podrán secuestrar libros y el Estado podrá vender las mercaderías secuestradas, si el mercado está desabastecido. El gobierno podrá vender y distribuir lo confiscado, sin importar quién sea el propietario.

Es posible aplicar mano dura a las patronales que violen los precios máximos. Para asegurarlo, planteamos formar comités de control de precios y de abastecimiento popular. Así se para la inflación de cuajo.

¿Qué hacer con salarios, jubilaciones y planes? Para Macri son la variable de ajuste. Alberto promueve un “pacto social”, estilo Gelbard, donde patrones y burócratas pacten congelar salarios por años, con precios disparados. Eso llevó al Rodrigazo. Por eso planteamos lo opuesto: reabrir las paritarias para defender los ingresos populares y recuperar su poder adquisitivo, estableciendo un aumento inmediato de salarios, jubilaciones, asignaciones y planes sociales.

Que nadie gane menos de la canasta familiar, con indexación mensual por inflación real. Este es el único “pacto” a favor del pueblo, donde pagan los ricos, banqueros, el FMI y la casta política que generan la crisis. Así millones saldrían de la pobreza y se erradicaría el hambre de la mitad de los pibes del país.

También se debe anular toda la reforma previsional y los ataques a la jubilación votados por el macrismo y el PJ en las jornadas de diciembre de 2017. Macri dijo que no perderían con la inflación, pero la mínima será de $12.937 en septiembre. Hay que aumentar el haber mínimo para cubrir la canasta jubilatoria y aplicar el 82% móvil real. Para eso, otra medida es restituir los aportes patronales que Macri, Menem y Cristina Kirchner rebajaron. Un control social de la evasión previsional, terminar los curros con el Fondo de Garantía de ANSES. Y definir la administración y gestión del PAMI y ANSES en manos de comisiones de jubilades y trabajadores, electas democráticamente. Serían las únicas medidas de un real shock redistributivo.

Qué hacer con los despidos y falta de trabajo? Planteamos la inmediata prohibición por ley de despidos y suspensiones. Si alguna empresa incumple o cierra, disponer su expropiación y estatización. Ponerlas a producir bajo el control y administración de sus trabajadores. Terminar con el trabajo precario y en negro, pasando a planta permanente. Reducir la jornada laboral a 6 hs para generar un turno laboral más, a partir de repartir las horas disponibles, sin bajar salarios. Rechazar toda reforma laboral precarizadora, tanto por ley o la que pretendan hacer por empresas. Generar más trabajo con un plan nacional de viviendas populares y la urbanización de villas y asentamientos. Para que no haya más gente sin casas y casas sin gente, es clave también poner impuestos progresivos a las viviendas ociosas de los especuladores inmobiliarios.

¿Qué hacer con el FMI y la deuda ‘eterna’? Proponemos no pagar ni un dólar más de deuda externa. Chau FMI y un default social, porque la deuda es con el pueblo. Este año, entre capital e intereses, los pagos superan los U$S 58.700 millones. Entre 2020 y 2023 las sumas a pagar oscilarán entre los U$S 30.600 millones y U$S 38.200 millones por año. A eso se suman los pagos al FMI, que arrancan en 2021. Pagar tales montañas de palos verdes, cuando la mitad de pibes es pobre y malnutrida, es un crimen social bancado solo por los funcionarios del capital. Es falso que el único camino sea pagar o renegociar, es decir, dos variantes de seguir pagando. Porque con esa millonada de plata se puede garantizar trabajo, salario, educación, salud y vivienda al pueblo. Para ello, romper con el FMI, no pagar y hacer una auditoría social sobre esta estafa de la deuda ‘eterna’.

¿Qué hacer con los impuestazos y tarifazos? Se impone una reforma impositiva donde paguen los que más tienen. Abolir el impuesto al salario. Impuestos progresivos extraordinarios a los grandes capitalistas, banqueros y terratenientes para resolver las necesidades más acuciantes del pueblo trabajador. Anular los tarifazos. Nacionalizar y reestatizar sin pago a las empresas de luz, gas, agua, petróleo, trenes, transporte y carga, pero bajo control y administración de trabajadores y usuarios populares. Así habrá servicios accesibles, eficientes y de calidad.

¿Qué hacer con el dólar, la fuga de capitales y riquezas? Desde el lunes posterior a las PASO se esfumaron más de U$S 8.500 millones. Para cortar con tanta devaluación, evitar la fuga de capitales, cuidar a los pequeños ahorristas y brindar créditos baratos, planteamos nacionalizar la banca y el comercio exterior. Hoy un puñado de monopolios, exportadoras agrarias, mineras, petroleras y automotrices dominan nuestro comercio exterior. Es decir, lo que se vende afuera: exportaciones y lo que se compra: importaciones.

Nacionalizarlo es fijar un monopolio del Estado, en el que todo exportador debe poner lo que exporta a disposición de un Ente o Junta Nacional que define las normas de comercialización, qué mercados conquistar, a quién vender y a quiénes comprar y definir así la relación con el imperialismo y demás países, según intereses estratégicos. Determina cuánto y qué se exporta, después de cubierto el consumo interno. Así la leche, el pan o carne dejarán de ser artículos de lujo porque los patrones priorizan vender afuera. También define qué importar, esos bienes realmente necesarios y que el país no produce.

Como el Estado recibe los dólares en forma directa, se acaba la especulación y huida de divisas. Hoy los banqueros y financistas definen el precio del dólar y la fuga de capitales. La única medida para controlar la moneda y evitar devaluaciones es nacionalizar la banca. Es decir, que todos los bancos pasen a integrar una única banca nacional que concentre los ahorros y créditos en manos del Estado, bajo administración y control de sus trabajadores. Para luchar por estas medidas te invitamos a sumarte al MST en el FIT-Unidad. Con el norte de un gobierno de trabajadores y el pueblo.

Francisco Torres