En medio de la crisis, la juventud

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Nacimos con el capitalismo en crisis. Con el futuro cuestionado. Las dictaduras de los ’70 (y las resistencias), los pactos de impunidad -algunos impedidos- en los ‘80, los neoliberales de los ‘90, las rebeliones de los 2000 y la explosión de la burbuja inmobiliaria en EEUU en 2008. Esa fue nuestra historia reciente en pocos caracteres. Ya que nos tocó ser rebeldes por necesidad, transformémosla en organización militante.

Escribe: Ana Paredes Landman

Y ahora el coronavirus, para continuar la historia. Este elemento inesperado con el que convivimos hace unos meses vino a acelerar, pero no creó la crisis capitalista. La crisis ya estaba. Pero como la sobreinformación acecha, la realidad es tan dinámica y a algunos les conviene olvidar, nosotros recordemos cuál era el panorama.

The wall (s)

Cuando llegó el Coronavirus al mundo, interrumpió una gran ola de movilización internacional, protagonizada en general, por jóvenes trabajadores del campo o la ciudad, movimientos como el socioambiental o el feminista. El grupo de riesgo eran los gobiernos de Ecuador, Chile, Hong Kong, Puerto Rico, Líbano y tantos otros, y el virus contagioso era el pueblo con su revolución en las calles. Ahora, como bien proyectamos hace unos meses, esos procesos se retoman con fuerza y nuevas demandas a partir de la crisis sanitaria, a la que los gobiernos no dan respuestas favorables. Pero además de que retoman los Hongkoner’s, los libaneses y vuelve a despertar Chile, se suma el gigante latinoamericano, con un Bolsonaro que fue de promesa fascista a pender de un hilo.

Hay perspectiva porque éstos hechos son el signo de una etapa abierta con la caída del Muro de Berlín, cuando nos sacamos de encima a la burocracia estalinista, organizada mundialmente para frenar la revolución. También hubo en ese momento una fuerte campaña del capitalismo con el verso del fin de la historia. Digamos todo. El 2008 reforzó los aspectos positivos de la etapa, porque esta vez la crisis estalló en el corazón del capital. Hoy podemos agregar, además, que no han podido darle salida antes de que estalle una nueva crisis, la actual. Se derriban ahora las mentirosas verdades del capitalismo. Pero el capitalismo necesita ayuda para caer y nosotres que somos una generación solidaria, queremos colaborar.

Verde

Por el derecho al aborto legal, un derecho negado a las mujeres trabajadoras y las personas gestantes de nuestra clase, motivo de históricas y juveniles movilizaciones en Argentina, Irlanda, Polonia, Chile y de paros internacionales de producción y reproducción en decenas de países, para presionar sobre los responsables y visibilizar nuestra doble opresión ¿Por qué nos lo niegan? Porque los capitalistas administran el negocio de la clandestinidad, además de que la iglesia tiene injerencia económica e ideológica en el Estado. Garantizar la ILE en los hospitales sería un “gasto” y, además nos quieren pariendo los obreros del mañana. El Ni Una Menos continúa siendo fuerte porque los femicidios no cesan, se acrecientan en cuarentena. Es urgente un paquete de medidas que parte sí o sí, de presupuesto de emergencia. Así lo reclamamos desde el MST y Juntas y a la Izquierda.

Verde también por la cada vez más masiva lucha socioambiental, también encabezada por jóvenes. Aunque su epicentro es Europa y la lucha contra el cambio climático, en Latinoamérica empieza a haber grandes y dinámicas expresiones de ese movimiento, como las jornadas de Fridays for future. Pero, además, en nuestro continente se combinan otras demandas, preexistentes, aunque aisladas: la lucha contra el extractivismo. La megaminería, el fracking, la cementación urbana y hasta el monocultivo de la soja y los alimentos transgénicos están cuestionados por las luchas de los pueblos, y por supuesto, por los jóvenes socialistas del MST y la Red Eco-socialista, protagonistas de muchas de esas peleas.

La clase obrera no murió, se “uberizó”

El desempleo, brutal en la juventud, es la cruel herencia que nos dejaron décadas de gobiernos capitalistas que “progres” o neoliberales, no le dieron solución a este fenómeno y hasta lo profundizaron. Como cura a este problema, nos trajeron la precarización laboral. En muchos países no lograron pasar la reforma laboral a la medida del Fondo, es el caso de Argentina, pero en el terreno del capitalismo de plataformas, la reforma está aprobada de hecho. Rappitenderos, “colaboradores” de Mc Donalds, BK o Wendy’s, “socios” de Uber y Pedidos Ya o “tu propio jefe” en Herbalife o Avon, de niñeras o en algún Call. Son los trabajos a los que accedemos los jóvenes y conformamos un real ejército de trabajadores precarizados. Pero en las plataformas no todo es novedoso, hay una vieja lógica ordenadora: la ganancia empresarial; y una puja creciente, el trabajo y el capital. Lo mismo que en la fábrica, pero a pedal. Son muchos los desafíos de la juventud en la actualidad y en muchos frentes, varios que acá no llegamos a desarrollar (como el de la educación), pero con el mismo enemigo: este sistema que prioriza la ganancia sobre la vida. Entonces nuestra tarea pasa por coordinar las luchas y organizarnos políticamente por su triunfo definitivo. Eso implica quebrar el sistema de manera revolucionaria porque nuestras demandas, por básicas que sean, son incompatibles con los que gobiernan. Hay que ocupar la política para construir una salida a la crisis por izquierda, socialista porque la política tradicional, sus parlamentos de casta no tienen nada para ofrecernos. Tenemos que desechar fronteras y hacernos internacionalistas, por un mundo nuevo. Y en ese camino, construimos la Liga Internacional Socialista. Abrazar todas las banderas que necesitemos: la de las mujeres y disidencias en sus opresiones o la socioambiental, pero siempre con nuestra clase. Ser fanáticos de la democracia obrera. En otros artículos de este periódico digital, podés consultar todas las medidas que proponemos. No es fácil, pero somos un montón, casi-casi, el 99 por ciento.


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