En la excepcionalidad, debería regularse para garantizar derechos
Diputados del PJ y la derecha votaron modificaciones a la ley de Educación y a leyes de salud para habilitar el teletrabajo. Abren la puerta a una peligrosa extensión de esta modalidad que rechazamos. ¿Cómo limitarla en la emergencia y frenar abusos del teletrabajo?
Escribe: Francisco Torres
Una consecuencia de la pandemia fue extender el teletrabajo. Se impuso de golpe, afectando el empleo y calidad de vida de millones al pasar a trabajar desde casa. Por las condiciones en que se implementa se superponer tareas de cuidado en el hogar que, bajo este sistema patriarcal, terminan asumiendo mayormente las mujeres.
La realidad es opuesta a la ficción que nos venden, diciendo que el teletrabajo sería más cómodo, práctico y conveniente. Los socialistas del MST somos muy críticos del teletrabajo capitalista y rechazamos la extensión de esta modalidad que beneficia a patronales y gobiernos, quienes buscan generalizarla, aprovechando la pandemia. Urge proteger derechos vulnerados y resguardar a trabajadores y familias.
Gobierno y burócratas dejan pisotear derechos
Pese a llevar meses y decir que vino para quedarse, pese a los cambios que implicó para millones, ni Alberto y el PJ ni los ministros de Trabajo ni los gobernadores ni el Congreso plantean ninguna normativa que regule el teletrabajo en esta excepcionalidad. Tampoco lo reclama la burocracia vendida de la CGT que mira para otro lado, mientras empresas como Telecom, Personal, YPF, Cisco, Tenaris, AESA, Merk, Garbarino, Nielsen, IBM o Byte Tech lo vienen aplicando.
Pese a que Google o Microsoft desarrollan software y bancos como el Santander ofrecen créditos para implementarlo y que lo promueven las agencias de contratación como hace Adecco Grupp al hablar de una Generación Covid que vio “cómo todo puede cambiar de un día a otro…” tampoco lo instalan en la agenda las CTA o la Celeste de CTERA ni organizan las acciones para defender derechos pisoteados.
No solo no lo regulan, sino que Alberto mandó al muere al trabajador ante cada patronal cuando largó la cuarentena. El 13 de marzo, con la Resolución 202/2020, el ministerio de Trabajo dispuso que les trabajadores cuyas tareas puedan hacerse desde casa “deberán en el marco de la buena fe contractual, establecer con su empleador las condiciones en que dicha labor será realizada” (Art. 4°). No solo no es algo individual, sino que sin establecer reglas y exigencias a la patronal, hablar de buena fe es avalar más precarización.
Es más, el 7 de mayo el ministerio de Trabajo emitió sus Recomendaciones para trabajar desde casa, donde se desliga de su responsabilidad de proteger derechos. Allí nos recomiendan: “considerá el trabajo remoto tan serio como el presencial”. Pero lejos de esa supuesta seriedad al considerar esta modalidad, las condiciones para hacerlo, los espacios, herramientas, servicios y costos que debe proveer el empleador, el ministerio se limita a decirnos: “Buscá un espacio tranquilo para poder concentrarse y trabajar de la mejor manera posible”. Parece chiste, pero es penoso.
El broche lo pusieron el jueves 21, cuando la Cámara de Diputados votó modificar el Art. 109º de la Ley de Educación 26206 para habilitar la educación a distancia en todos los niveles. Con solo los votos en contra de la izquierda, se aprobó a espaldas de la docencia y la comunidad educativa. Casi unánimemente aprobaron un proyecto desconocido y consensuado entre el PJ, los K y la derecha, con la firma de Yasky, diputado y dirigente de la CTA, para educar a distancia en todos los niveles, cuando está prohibido hacerlo con menores de 18 años.
También, y a pedido del ministro Ginés, aprobaron en Diputados modificar varias leyes de salud(1), con los únicos votos en contra de la izquierda. Con la excusa de habilitar la prescripción de medicamentos o servicios a través de recetas electrónicas para dispensar remedios en cualquier farmacia, metieron el teletrabajo en la salud. Habilitaron utilizar plataformas para hacer teleconsultas médicas, autorizando la atención virtual de profesionales de la salud, odontólogos y psicólogos.
Esto que podría regularse para esta excepcionalidad o en alguna consulta puntual, habilitan a generalizarlo, rompiendo la relación paciente y profesional, mecanizando y deshumanizando la atención, al servicio del ajuste del trabajo profesional y en beneficio del lucro con la salud.
Implicancias de las modificaciones en Diputados
Con estas reformas en educación y salud, se va a más precarización. En docentes, porque habilitan la educación a distancia o virtual desde el Inicial al Secundario. Y, pese a hablar de epidemias y catástrofes, los gobiernos y patrones pueden invocar “razones de fuerza mayor” para determinarla. Eso podría hacerse ante un conflicto para bombearlo contratando tele-educadores. O con el dictado online de materias como ocurre con el Centro de Enseñanza remota del British Council en Buenos Aires, que dicta más de 1.100 clases por semana. O apelar a plataformas que ofertan clases virtuales, en modo ahorro.
Si la casta política que banca al capitalismo-imperialista se reunió en cuarentena para votarlo, es solo para legitimar el teletrabajo y abrir a la extensión de la virtualidad, en tono de ajuste cuando muchas empresas lo usan para descentralizar la producción y quitar derechos laborales.
Como señalan especialistas como Sofía Scassera(2), hoy no teletrabajamos sino que trabajamos como podemos en la crisis, desde nuestros hogares. Para hablar de teletrabajo debería haber un marco regulatorio que fije lo que empresarios y el Estado patrón deben asumir.
Donde se fije que deben proveernos de tecnología, dispositivos, conectividad, servicios, espacio y lugar para trabajar desde casa. Establecer horarios, el derecho a la desconexión y a no recibir requerimientos a cualquier hora o día de la semana, invadiendo la intimidad y el tiempo libre. Además del derecho a la protección de datos, donde la patronal no tenga más información que la necesaria, ya que esta modalidad exacerba los mecanismos de control. Al vulnerarse derechos, aunque sin temor a la tecnología, debemos exigir que se fijen reglas claras contra la explotación capitalista.
10 puntos para regularlo y garantizar derechos
Pese a crecer esta modalidad, no hay normativa clara que la regule. Aunque sí hay antecedentes, resoluciones y un manual(3) del ministerio de Trabajo y la OIT que los gremios deberían invocar, para defender derechos laborales pisoteados. Ya en 2008, el ministerio de Trabajo puso en práctica el PROPET, Programa de Promoción del Teletrabajo en Empresas Privadas. Y en agosto de 2012 sacó el documento Teletrabajo, motor de inclusión sociolaboral donde están las pautas que debe tener el contrato de teletrabajo.
En su punto 5 dice: “la empresa pone a disposición del teletrabajador las herramientas de trabajo y se detallan las mismas (PC, silla ergonómica, mouse pad, matafuegos, botiquín de primeros auxilios, escritorio y según el caso puede ser telefonía móvil)”. También refiere a la protección de datos y la compensación adicional mensual por mayores gastos al trabajador.
Eso mismo dice la Resolución 1552/2012 de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo(4), al fijar obligaciones al empleador como proveer elementos y material de trabajo, de protección y el seguro. También el Manual del Teletrabajo dice que la parte empleadora debe garantizar el acondicionamiento de un lugar en el hogar, considerar los cambios en el entorno familiar y los gastos que demande (pág. 20 punto 6.5.5.). Más la Compensación de gastos por teletrabajo (pág. 23, 6.8) sobre el sueldo del trabajador, por usar los recursos propios y los gastos de energía, internet o impuestos.
Rechazamos la extensión del teletrabajo, pero mientras dure la pandemia, debemos levantar estos antecedentes en instancias democráticas a exigir a la burocracia para reclamar al gobierno la regulación del teletrabajo. Como los 10 puntos elaborados desde Alternativa Docente y enriquecidos por gremios de la Federación Nacional Docente.
Porque la tecnología debe estar al servicio del desarrollo de las fuerzas productivas, en beneficio de la clase obrera y el pueblo trabajador. Para vivir mejor, con mayores ingresos, menos horas de trabajo y más tiempo libre, sentando las bases de una organización socialista del país.
1. Leyes Nº 17.132, 17.565, 17.818 y 19.303
2. Programa Dar Vuelta Todo. Canal de YouTube, MST TV Argentina, emitido el 19 mayo, 2020
3. Manual de buenas prácticas en teletrabajo. 1ra. ed. Bs. Aires, 2011. Oficina Internacional del Trabajo, Ministerio de Trabajo
4. Bs. Aires, 8/11/2012. Teletrabajo. Definición. Condiciones