Agrupación Bordó de la Sanidad/ANCLA
A casi 500 días de la pandemia la realidad de los «esenciales» es la de los héroes griegos: trágica. Cobramos menos salario real que antes de la pandemia y tenemos peores condiciones laborales. En ese contexto, las patronales muestran su sed insaciable de ganancia, el Gobierno su recule constante ante las corporaciones y la burocracia su terror a la movilización de las masas.
Las patronales arrancaron jugando a fondo. La primera piedra fue decir que no iban a poder pagar las paritarias y luego, sin interrupción, siguieron con la solicitud para suspenderlas al ministerio de Trabajo, le siguieron el amparo judicial, la conferencia de prensa para ganarse la opinión pública con el verso de la crisis por el aumento de los costos durante la pandemia. Así le retrucaron a fondo al gobierno que tímidamente había dicho que «habría que repensar el sistema de salud».
Sin ninguna duda y con firmeza acusaron al gobierno de querer desfinanciarlos y estatizarlos y se encontraron con un retroceso en silencio del Frente de Todos. Algo a lo que ya estamos bastante acostumbrados.
La burocracia de Daer y West Ocampo entre la espada y la pared
La burocracia en medio de este conflicto se jugó por la negociación desde el principio con el claro objeto de no tener que abrir nuevamente la caja de pandora de la movilización. Jugada por la negociación, la CyB, dejó correr el vencimiento de una de las paritarias, no hizo nada frente a la presión de las patronales. Tenía armada a toda su militancia en que se estaba negociando y que iba a haber un acuerdo. En medio de esta situación, la presión más general por la carestía obliga al gobierno a cambiar su política salarial.
Cuando se vencieron la totalidad de las paritarias del sector de servicio y las patronales seguían firmes en no poner un centavo no les quedó otra que decir que iban al plan de lucha como venía planteando la BORDÓ por todos lados desde hacía un mes.
La iniciativa para a manos de los esenciales
La habilitación del «plan de lucha» empezó a remover al equipo de salud. Sin que la burocracia hiciera realmente las asambleas ni comenzara a preparar el paro las y los compañeros lo tomaron en sus manos y se abrió con todo el debate de cómo garantizarlo a pesar de que la conducción del gremio no los preparaba para nada.
De lunes a miércoles la autoorga-nización, el debate y los preparativos para garantizar el paro fueron in crescendo y mostraron un claro horizonte: se venía un parazo total. Incluso, la fuerza de la preparación del paro llegó a quebrar el frente de los empresarios de la salud. En este punto de mayor tensión vino a intervenir el Gobierno en consenso con las patronales y la burocracia con un balde de agua fría con la conciliación obligatoria antes de que haya medidas.
El paro que no fue: salvataje de la burocracia y profundización de su deterioro con la base
La conciliación obligatoria y su acatamiento derivó en cólera y en una impotencia tremenda. La bronca se manifestó en todos los establecimientos y hasta militantes de la celeste y blanca quedaron en falsa escuadra sin política ni línea concreta. Por eso, durante la tarde del jueves se vieron en la necesidad de reubicarse llamando a las apuradas a una «asamblea abierta» en la Swiss Medical para escrachar a Belocopitt.
La Bordó: la alternativa
Desde la BORDÓ hacía un mes veníamos reclamando un plan de lucha. Desde Mayo alertábamos de la firmeza de las patronales y que no había que dejarles tomar la iniciativa y los escrachamos en su pituca conferencia de prensa en Paseo la Plaza. En el Hospital Italiano, establecimiento que conducimos, el 8/6 habíamos convocado a asamblea general en donde se votó:
1) Básico inicial igual a la canasta familiar (hoy $99.995) con cláusula de ajuste mensual
2) Reconocimiento del desgaste laboral (6hs de trabajo, licencias por estrés y jubilación anticipada)
3) Iniciar el estado de alerta y movilización
4) Difundir estas propuestas al resto de los establecimientos
Una vez que la directiva del gremio declaró el «plan de lucha» nos pusimos a la cabeza del mismo preparando el paro. Iniciamos haciendo una asamblea general el lunes 28/6 y de sectores para garantizar el paro y alertar sobre la posible conciliación obligatoria. En dicha asamblea general votamos que el sindicato no debería acatar la conciliación obligatoria y en caso de hacerlo seguir igualmente movilizados.
El día 1/7 con la conciliación encima y la presión de la patronal que mandaba mails intimidatorios, que más que firmeza denotaban su preocupación, realizamos una asamblea general en el establecimiento convocando a seguir movilizados realizando acciones y una movilización al ministerio de trabajo cuando se reunieran a negociar.
Frente a la convocatoria al escrache de Belocopitt no dudamos en ir y apoyar con nuestras propias propuestas esa movilización, exigiendo su continuidad, y con el mandato de nuestra asamblea, remarcando la necesidad de movilizarnos el 7/7 al ministerio de Trabajo.
Sigamos movilizados para lograr lo que necesitamos
Todo lo que fue pasando demuestra a fondo que si los trabajadores tomamos la iniciativa podemos forzar a todo el mundo a hacer lo que no quieren. La burocracia con su pacto a la conciliación cometió una traición enorme ya que la fuerza del paro iba a hacer temblar todo. Evitó junto al gobierno llegar a ese punto, pero no pudo evitar la presión latente del desborde que está planteada y la experiencia de miles de trabajadores con esta conducción.
Como siguiente paso vamos al ministerio y de allí seguiremos con otras medidas. Mientras escribimos esta nota la Celeste y Blanca va y viene con lo que va a hacer, víctimas de su falta de determinación quedan presas del juego de la patronal y el gobierno.
Solo si seguimos movilizados vamos a conseguir lo que necesitamos, y en eso estamos.
El Garrahan paró 48 hs y se movilizó
El equipo de salud, como la mayoría de trabajadores de las demás reparticiones, rechazó la vergonzante paritaria nacional firmada por la dirigencia de UPCN y ATE. La Secretaria General de la Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan, Norma Lezana, nos explicó los motivos por los cuales se profundizó esta pelea que se viene preparando con distintas acciones. «Nuestro salario cayó más de un 60% durante la gestión macrista y un 25% más en plena pandemia. No aceptamos más salarios en cuotas. Exigimos un 50% ahora y que se atiendan todos los reclamos del equipo de salud».