En el encuentro con La Cámpora, previo al 17 de octubre, Cristina dijo que Perón nunca dejó entrar al FMI y reivindicó que “Néstor les pagó todo”. Mientras, Máximo y otros referentes K agitan con el no pago. ¿La única verdad es la realidad? ¿Qué salida hay a la deuda eterna?
Escribe: Francisco Torres
Qué hacer con el FMI y toda la deuda trucha provoca ruido en el Frente de Todos. Ven el rechazo que despierta el Fondo Monetario en la juventud y en quienes siguen reivindicando esa idea del peronismo como movimiento “nacional y popular” con tintes de antiimperialismo yanqui.
El pueblo castigó en las elecciones la distancia entre lo que se prometió y la realidad. Esto lo reconoce hasta el ministro Guzmán, mientras “critica” al FMI: “Hoy el pueblo argentino lo está pagando con menos oportunidades de empleo y más inflación”. Y lo dice el mismo ministro del cual la diputada K Fernanda Vallejos dijo en su audio que “no tiene la más mínima sensibilidad social” y viene “del frasco de Yankilandia”.
Ajuste para cumplir con el FMI
No solo lo denunciamos desde el Frente de Izquierda Unidad. También lo reconoce Vallejos: “La política económica está subordinada a la reducción del déficit fiscal y a cumplir con el mandato del Fondo Monetario como ocurría con Macri”. Y agregó que hay equilibrio fiscal con un 50% de pobreza y en pandemia porque Guzmán pisa y subejecuta el presupuesto. Sólo que, con la doble moral de una referente que gerencia el capital, aclaró que cuando ella va a los medios dice otra cosa.
Como la caldera social se recalienta, no es la única con tono crítico. El 17, en Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini y referentes gremiales K fueron más allá en lo discursivo, al afirmar que ese acto sería el inicio de una lucha hasta conseguir no pagar la deuda.
Días después La Cámpora difundió un spot en donde cantan: “Esa deuda que nos dejaron no la vamos a pagar”. Pero Máximo, limitándose a anhelos de ficción, pidió: “Si la pandemia cambió al mundo, el FMI debería cambiar su lógica”.
Luego en Lanús, al homenajear a Néstor Kirchner, agitó: “¿Alguien vio el préstamo del FMI en sus barrios, en sus escuelas, universidades, en hospitales? Nada, se esfumó, se dilapidó”. Pero después de esa denuncia, pidió que “sería muy bueno que el FMI venga a la Argentina, los vamos a recibir de muy buena manera, a explicar por qué le prestaron la plata” a Macri.
Más allá de todo el agite, Máximo reconoce que el ajuste lo paga el pueblo: “El sacrificio que se le pide a la gente tiene que ser conducente”. Y pone de ejemplo “conducente” el pago al FMI hecho años atrás por Néstor. Lo mismo hizo Cristina, al reivindicar como un supuesto pago “soberano” el pagarle de contado al FMI en 2006, en vez de desconocer todo como deuda odiosa(1) e ilegítima.
¿Juan Domingo Biden y un nuevo FMI?
Hay mucho relato para hacer pasar los acuerdos con el Fondo y el gobierno yanqui. Como cuando Alberto habló de “Juan Domingo Biden” para darle un barniz social al jefe del imperialismo. O al elogiar a Kristalina y vender la idea de un “nuevo” FMI. O al anunciar en el Congreso una investigación de la deuda, gritando “nunca más la puerta giratoria de dólares que se fugan y dejan tierra arrasada”. En campaña también dijo que la plata del Fondo se la fugaron Macri y sus amigos, y tendrían que rendir cuentas… Solo palabras para alentar falsas conciencias.
También Cristina apeló al relato ante La Cámpora: “Perón nunca permitió el ingreso del Fondo Monetario a la Argentina. Y Néstor pagó todo lo que debía y buenas noches”. Quiso darle carácter de gesta a hechos reñidos con la realidad, la soberanía y la independencia económica.
Porque no es cierto que Perón nunca permitió entrar al FMI. Las gestiones para sumarse al Fondo iniciaron con el gobierno de facto del general Farrell(2), del que Perón era vicepresidente, ministro de Guerra y Secretario de Trabajo. Perón, ya como presidente, envió al Senado ese decreto para refrendarlo. Incluso reconoce haberse reunido con el primer director del FMI, Camille Gutt, el 28 de noviembre de 1948: “Cuando me hice cargo del gobierno, la primera visita que recibí fue la del presidente del FMI”. Pero no hubo acuerdo y Argentina ingresa al Fondo en 1956. Luego vendrá la historia de acuerdos con el FMI, que el peronismo encabeza.
Detrás del relato, pagar y pagar
La única verdad es la realidad, dijera el general. Y hoy la realidad muestra al ministro Guzmán y al jefe de gabinete Manzur -el que puso Cristina- en EE.UU. negociando pagar. Igual que Gustavo Béliz con Jake Sullivan, Consejero de Seguridad Nacional, quien dejó claro que la Casa Blanca quiere “una negociación exitosa” de la Argentina con el FMI.
Ante banqueros imperialistas como JPMorgan o Goldman Sachs y fondos buitres como GoldenTree o BlackRock, Manzur ratificó que el PJ va a honrar la deuda y “tiene el consenso adentro del Frente de Todos”. Para más garantías les dijo a los usureros que llevarán el acuerdo al Congreso porque en eso tampoco hay grieta. Ni con Santilli ni con Milei y Espert.
Más que alentar quimeras, el gobierno le va a pagar al Fondo otros 400 palos verdes en intereses en noviembre y 1.880 más en diciembre. Más otros 18.000 palos verdes en 2022, 19.000 en 2023 y 5.000 en 2024. Algo imposible sin ajuste y reformas antiobreras.
Nos dicen que si no pagamos nos caemos del mundo, que no habrá trabajo, salarios ni salud o educación. Pero Alberto y Cristina pagaron 10 mil palos verdes por la deuda, es decir, más de un billón de pesos. Y no hay soberanía ni justicia social en eso.
Al revés: si no pagamos, empezamos a salir de esta catástrofe social. Y a despertar una ola de simpatía en Latinoamérica para llamar a un frente de países deudores, ya que son los poderosos quienes tienen para perder.
No pago soberano y chau FMI
Con lo que ya pagó este gobierno se podrían haber construido 30 nuevos hospitales, más 100 escuelas y 210.000 viviendas populares, generando más de un millón de puestos de trabajo. Con los más de 44.000 palos verdes que debe pagar, ni te cuento. Por eso, en vez ir al G20 a seguir mendigando, es posible patear el tablero y decir chau FMI.
Nos repiten otra falsedad: que “las deudas se pagan”, como si fuese la del almacén. Pero hay que hacer como cuando nos liberamos del imperio español y declarar un no pago soberano y una auditoría social de toda la deuda.
Muchos países tuvieron progreso social al desconocer deudas odiosas. En 1776, con la independencia yanqui, desconocieron la deuda con Gran Bretaña. En 1917, la Revolución Rusa hizo lo mismo con la deuda de los zares En Ecuador, Correa hizo una auditoría, pagó solo una parte y así pudo crecer un poco. Y acá lo hicimos en 2001: el Argentinazo impuso el no pago, que ayudó temporalmente a salir de la crisis hasta que se volvió al FMI.
A su vez, hay que nacionalizar la banca y el comercio exterior para frenar toda devaluación, fuga de capitales y cuidar al pequeño ahorrista. Para que toda esa plata quede en el país y dar trabajo, salarios, vivienda, salud, educación y un plan de desarrollo productivo. Para eso hay que luchar, en la más amplia unidad, por el no pago. Y votar al Frente de Izquierda Unidad y sumarse al MST, que proponemos “honrar” la única deuda legítima: la deuda con el pueblo trabajador.
1. Deuda contraída contra los intereses del pueblo y con conocimiento de los acreedores, que por lo tanto no debe ser pagada.
2. Por Decreto-ley 3.185, del 31 de enero de 1946, se resuelve adherir a la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas en Bretton Woods (art. 1), y “efectuar las gestiones necesarias para la incorporación de la República al FMI” (art. 2).