Brasil: Pasos firmes hacia la construcción de una organización revolucionaria

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El 1º Congreso Nacional de Lucha Socialista (Tendencia Interna del PSOL) tuvo lugar entre el 16 y el 20 de junio de 2022, en la ciudad de São Paulo. En el orden del día, el debate sobre la situación mundial, nacional, del PSOL, del Estatuto de LS y la elección de la dirección nacional de la organización.

Escribe: Douglas Diniz, Miembro del Comité Central de Lucha Socialista/PSOL

El Congreso decide unirse a la Liga Internacional Socialista (LIS)

El congreso de Luta Socialista (LS/PSOL), después de una larga discusión política, reafirmó el análisis y la caracterización de que vivimos en una época revolucionaria, de lucha contra la burguesía y el imperialismo, una época de guerras y revoluciones, cuya situación política es de enorme y creciente polarización social, una etapa de disputa por la dirección política del movimiento de masas.

La tesis votada por los congresistas es contraria a lo que afirman los sectores reformistas de la izquierda brasileña y mundial, que viviríamos una época reaccionaria, de derrotas históricas del movimiento de masas, de ascenso y consolidación de una ola conservadora, que justificaría la formación de bloques políticos con sectores de una burguesía supuestamente progresista y democrática, como, por ejemplo, defendió la dirección nacional del PSOL, que votó en una conferencia electoral para apoyar, sin ninguna vergüenza, la candidatura Lula-Alckmin para las elecciones presidenciales en Brasil y, previamente, la formación de una Federación con la Rede Sustentabilidade.

Esta izquierda del régimen, frentepopulista y partidaria de los gobiernos de conciliación de clases, ha apoyado con entusiasmo las medidas de ajuste fiscal de gobiernos como Pedro Castillo (Perú), Gabriel Boric (Chile), Alberto y Cristina Fernández (Argentina), Luis Arce (Bolivia), todas las variantes del falso progresismo e incluso dictaduras como la de Maduro (Venezuela) y Ortega (Nicaragua).

Como conclusión del debate internacional y ante la necesidad de construir instrumentos políticos que permitan reagrupar a los revolucionarios a nivel mundial, intervenir en la lucha de clases, disputar la dirección política del movimiento de masas y construir partidos revolucionarios en todo el mundo, el Congreso de Lucha Socialista ha decidido solicitar la adhesión a la Liga Internacional Socialista (LIS), organización política internacional existente en más de 30 países, en los cinco continentes. Una organización política que también pretende unificar las diferentes tradiciones del marxismo revolucionario a nivel internacional.

Fuera Bolsonaro y Mourão, ninguna confianza en el próximo gobierno

El congreso debatió los efectos de la pandemia de Covid-19 en la enorme crisis económica, social, medioambiental y política de la situación brasileña.

Llegó a la conclusión de que a pesar de que Bolsonaro es de ultraderecha, tiene una ideología fascista y tiene la intención de cerrar el régimen, esta situación nunca se puso en práctica, debido a las movilizaciones y luchas dirigidas por la clase obrera y el pueblo pobre brasileño, que se levantan contra el gobierno y sus medidas de ajuste fiscal.
Debatió que durante el gobierno de Bolsonaro el movimiento de masas, aun enfrentando la pandemia, hizo su parte en la lucha contra el gobierno y que estuvo muy cerca de derrocarlo, hecho que no ocurrió debido a la política traicionera y cobarde de las principales centrales sindicales y algunas direcciones del movimiento de masas del país, que en los últimos años de mayor crisis del gobierno canalizaron el enorme descontento al calendario electoral.

El papel desempeñado por Lula, que al salir de la cárcel afirmó categóricamente que Bolsonaro debía terminar su mandato, hecho que sirvió de contraseña para que las centrales sindicales, especialmente la CUT/PT y la CTB/PCdoB, descartaran cualquier proceso de unificación de luchas y movilizaciones que tuviera como objetivo derrocar al gobierno.

Lamentablemente, sectores de la izquierda socialista, democrática y revolucionaria jugaron un papel vacilante ante esta situación. Este fue el papel que jugó la dirección de la CSP Conlutas (PSTU y aliados en el centro), que incluso coqueteó con la burocracia político-sindical del país al convocar acciones, actos y manifestaciones que, con el barniz de combatir al gobierno, terminaron aislando a pequeños embriones de lucha contra el gobierno, como la Coordinadora del Pueblo en la Calle. Llegaron a alimentar falsas expectativas de que con actos comunes, como ocurrió en 2019 en el acto del 1º de Mayo, en el que participaron el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, Roberto Requião, Lula y figuras de la vieja política nacional, sería posible derrotar al gobierno. Nada más lejos de la realidad.

La síntesis de la política votada fue que no escatimaremos esfuerzos para derrotar electoralmente a Bolsonaro en las calles y en las urnas. Que el centro de la política de Lucha Socialista en las elecciones será el debate programático, de qué medidas son necesarias para sacar al país de la crisis desde el punto de vista de los trabajadores y el pueblo pobre; que la solución electoral para la situación brasileña no es el Frente Amplio de Lula-Alckmin, sino la unificación de las candidaturas de la izquierda socialista y revolucionaria en una sola candidatura (hoy el PSTU, el PCB y UP tienen cada uno su precandidatura a la presidencia), en un solo programa que, partiendo de no pagar la deuda pública, podría invertir masivamente los recursos del país en la generación de empleo, podría reajustar los salarios, invertir masivamente en servicios públicos gratuitos y de calidad, reducir y congelar el precio de los alimentos, así como el de la electricidad, el agua, el teléfono, los combustibles; reestructurar las empresas públicas y estatizar las privatizadas. Un programa anticapitalista, antiimperialista, feminista y antirracista que cumpla con la agenda de lucha del movimiento feminista, que combata la LGBT-fobia, demarque todas las tierras indígenas y quilombolas1 [] y realice una reforma agraria agroecológica. En definitiva, medidas que sólo un gobierno de los trabajadores, de los pobres, de la periferia, del campo y de la selva, que dé la más amplia libertad de organización política y sindical al pueblo pobre y trabajador, la mayoría de la población, podrá sacar al país de la crisis actual.

Avanzar en la construcción de una dirección política y sindical

La unidad política y la coincidencia en los análisis y caracterizaciones sobre la situación nacional y mundial adelantaron en el congreso la firme decisión de Luta Socialista de ser parte de la construcción de un nuevo rumbo para la clase obrera brasileña.

Con la política errónea de la dirección mayoritaria del PSOL, es urgente organizar la Izquierda Radical del Partido Socialismo y Libertad. Sea cual sea el candidato que gane las elecciones, el próximo presidente de la República atacará los intereses de los trabajadores y trabajadoras para servir a los intereses del sistema financiero y del gran capital. Será un gobierno de los ricos y poderosos, que gobernará en contra de los intereses de los pobres y los trabajadores.

La lucha de clases continuará en un país inmerso en crisis de todo tipo. Será urgente construir un proyecto político, una dirección independiente y con conciencia de clase, autónoma de los gobiernos y de la patronal. En este sentido, el Congreso decidió, además del ingreso de Luta Socialista (LS/PSOL) en la Liga Internacional Socialista (LIS), aceptar el ingreso oficial del Grupo de Acción Socialista (GAS/PSOL) en Luta Socialista. El GAS es una organización de gran tradición, con una importante acción política y sindical en Rio Grande do Norte.

Otra decisión importante fue la propuesta de la formación inmediata de un Comité de Enlace entre la Lucha Socialista (LS) y la organización Alternativa Socialista (sección de la LIS en Brasil). Este Comité de Enlace tendría la función de debatir y organizar una plataforma común entre nuestras organizaciones para que en los próximos meses, de ser posible, antes de la toma de posesión del próximo presidente de la República, podamos realizar un congreso de unificación de nuestras fuerzas militantes, abriendo así el camino para que otras organizaciones políticas, sindicales y ambientalistas se sumen al esfuerzo de construir una nueva organización como alternativa de dirección revolucionaria en el país. Como tácticas importantes de fortalecimiento e intervención en la lucha de clases, votamos por el fortalecimiento de la tendencia sindical Unidos Pra Lutar/CSP Conlutas, del colectivo feminista Marielle Vive y la construcción de un Colectivo Ecosocialista que nos permita ayudar en la organización de los activistas sociales en la difícil tarea de luchar en defensa del medio ambiente contra la crisis climática.

El Congreso Nacional de LS tuvo como invitados a una delegación de compañeros del Frente de Trabajadores por el Socialismo (FTS/Argentina), organización política con la que mantenemos relaciones fraternales e intercambio político desde hace dos años. La presidencia de honor fue otorgada a Nahuel Moreno (dirigente revolucionario argentino, fallecido en 1987, a quien tenemos como referencia política y tradición), a las víctimas de la pandemia del Covid-19 y a la resistencia ucraniana que lucha contra el ejército invasor ruso.

En la apertura de nuestro congreso rendimos homenaje a la dirigente revolucionaria Silvia Santos (Pestaña), que contribuyó mucho a la construcción de una organización revolucionaria en Brasil. Silvia Santos murió el 15 de junio, un día antes de nuestro congreso. La noticia de su muerte tuvo un gran impacto en los compañeros que durante años trabajaron y formaron un equipo político con esta importante dirigente. ¡Silvia Santos (Pestaña), presente! ¡Hasta el socialismo, siempre!

1. Comunidades afrodescendientes.

 


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