En una serie de simposios con las 500 mayores empresas, sus dueños y gerentes, se traza la hoja de ruta del país. Massa es un habitué en estos foros del empresariado explotador, pero también otros exponentes de derecha como Larreta, Bullrich o Morales y el liberfacho Milei. Allí delinean los ajustes y reformas sobre las que exigen avanzar. Hay otra salida por izquierda.
Escribe: Francisco Torres
Así lo dejaron claro los CEO empresariales en el Coloquio de IDEA y ahora, en la 28º Conferencia de la UIA (Unión Industrial). Una serie de demandas de la alta burguesía argentina y las multinacionales, que están a tono con la «letra chica» contenida en las 109 páginas del Staff Report del FMI. El que fue firmado por Massa con aval de Cristina y el PJ en su última revisión sobre la economía argentina.
En el Frente de Todos nadie toca otra partitura, más allá de algunas voces altisonantes. Al final, todos entonan la misma melodía, siguiendo la batuta que maneja el director de orquesta: el Fondo Monetario, secundado por el embajador yanqui, al que todos van a hacer reverencias. El coro por derecha pretende sumar algún tenor -dramático o buffo- soñando entrar en escena en el próximo turno.
Esos foros empresarios debaten el tempo de la pieza musical, indicando la velocidad a la que podrían ejecutarla. Analizan si ese tempo del ajuste será más Moderato o podrán hacer que suene más Vivace. O si, como anhelan, fuese Presto o Prestissimo. Ahí se anotan Macri o Milei, diciendo que piensan avanzar sin sordina.
Una perspectiva de ajuste que estaría por verse
Es que incluso el director de orquesta mira de reojo al público en las tribunas y en el «gallinero» del teatro que los rechifla cada vez que resuenan acordes disonantes. Así, en su informe de octubre, el FMI alertó que los problemas en el Frente de Todos, su debilidad política e incluso las internas en la «oposición», son un límite para avanzar en lo que el imperialismo y las corporaciones demandan.
Para el FMI, «la alta inflación y el menor crecimiento podrían exacerbar el descontento social y debilitar el apoyo político al programa. Estos riesgos podrían aumentar antes de las elecciones de 2023». Y que «se intensifiquen las presiones sobre el gasto y los salarios, y surjan dificultades para implementar las reformas planificadas de subsidios y asistencia social».
Pero la situación es tal que eso mismo lo dicen mientras reclaman acabar con los distintos tipos de cambios e ir a una fuerte devaluación, que implique saquear los bolsillos y nivel de vida del pueblo trabajador. Aunque, como saben el estallido que podría generar, plantean «buscar una relajación gradual de las restricciones cambiarias a medida que las condiciones lo permitan».
Eso explica también que el Fondo y la burguesía permitan los altos niveles de inflación como forma de licuar salarios y presupuestos públicos, hasta que puedan generar las condiciones para un ataque directo, vía un congelamiento o reducción de salarios y la reforma jubilatoria y su privatización como ya pregonan Milei o Macri en sus propuestas. Además de reducir y eliminar la ayuda social y privatizar lo que quede en manos del Estado.
El FMI lo dice sin vueltas y los foros empresarios lo piden a rabiar: «racionalizar la asistencia social» y la masa salarial en «una continua restricción en los salarios del sector público, incluso a través de un congelamiento en la contratación» de personal. Como para el Fondo «estos ajustes son necesarios», Macri plantea despidos masivos en »cada ministerio, cada área, cada repartición pública». Y Milei le pone número: en su plataforma propone despedir a 1.5 millones de trabajadores.
Para avanzar en todo esto, el paquete incluye una reforma laboral, argumentando que las leyes y derechos laborales impedirían a las patronales invertir y generar empleo por temor a lo que llaman la «industria del juicio». Una canzonetta que cantan Macri y Milei, pasando por Espert, Larreta y Bullrich, pero también el PJ al avalar convenios por empresa que precarizan las condiciones de trabajo y salarios.
Así lo hizo Cristina y ahora Massa con las petroleras en Vaca Muerta o las automotrices como Toyota con la complicidad de la burocracia cegetista. En esa tónica, el FMI reclama cambiar la legislación, regulaciones y cargas fiscales diciendo querer «fomentar la inversión y las exportaciones netas en sectores estratégicos: industrias de hidrocarburos, minería, agroindustria, automotriz, hidrógeno y biotecnología». Es decir, saqueo, precarización, destrucción ambiental y fuga de divisas.
También reclaman «una implementación más decisiva del programa» y más ajuste para acumular reservas y «cumplir con las muy grandes obligaciones del servicio de la deuda externa durante 2022–24» y avanzar en eliminar los subsidios a las privatizadas y el transporte, lo que implicaría mayores tarifazos.
Hay otra salida, con más y mejor izquierda
Respecto a qué hacer con la inflación, los salarios, jubilaciones y planes sociales, pueden leer nuestras propuestas en contratapa. Ante la falta de trabajo y mayor precarización, proponemos prohibir por ley las suspensiones y despidos; acabar con los contratos basura; con el trabajo precario y en negro, pasando a todos a planta.
Además, reducir la jornada a 6hs para generar un turno más, al repartir las horas de trabajo, sin reducir salarios. Organizar también la lucha contra toda reforma laboral, sea por ley o por empresas. Junto a generar puestos de trabajo con un plan de obras públicas, viviendas populares y la urbanización de asentamientos.
Para contar con los fondos, proponemos romper con el FMI y no pagar un dólar más por la estafa de la deuda. Es falso que el único camino sea pagar y renegociar. El gobierno reconoce que solo por la suba en la tasa de interés, se irán ahora al FMI unos 1.000 palos verdes más. Eso equivale a construir 21.000 viviendas y crear 105 mil puestos de trabajo.
Además, hasta diciembre están programados pagos por US$ 2.700 millones (Télam, 22/09). Eso equivale a otras 57.000 viviendas, lo que duplicaría lo construido en 3 años y generaría 285 mil puestos de trabajo. Es decir, si no pagamos intereses y las cuotas previstas de acá a diciembre, se podrían construir 78 mil viviendas, con 400 mil empleos. Esa es la deuda a saldar.
Respecto al dólar y la fuga de capitales, la salida no es dolarizar como plantea Milei, porque eso ya fracasó en países como Ecuador, hundiendo a su pueblo. Tampoco va la devaluación abrupta que piden Macri y Juntos ni la devaluación gradual que aplican Massa, Alberto y Cristina. Como socialistas planteamos nacionalizar la banca para controlar la moneda y evitar devaluaciones.
Actualmente son los banqueros, el FMI y el gobierno yanqui quienes definen el precio del dólar y la fuga de capitales. Por eso proponemos que los bancos pasen a integrar una única banca nacional que concentre los ahorros y créditos en el Estado, pero bajo administración y control de sus trabajadores. Al ser el Estado el que recibe los dólares de manera directa, cortamos con la especulación y la fuga. Para cuidar al pequeño ahorrista, dar créditos accesibles y fomentar el desarrollo.
Como unas pocas corporaciones del agronegocio, minería, petróleo y automotriz manejan el comercio exterior, proponemos nacionalizarlo. Es decir, fijar el monopolio del Estado sobre todo lo que se vende (exportaciones) y lo que compramos (importaciones). Con un Ente Nacional que defina las normas de comercialización, mercados a los que venderles y comprarles, determinando las relaciones de intercambio con el imperialismo y demás países, según nuestros intereses.
Establecer qué podemos exportar, una vez satisfecho el consumo popular para que los alimentos y demás productos dejen de estar por las nubes ya que las empresas prefieren vender afuera para hacerse de dólares y renta. A la par de decidir qué importar, en bienes socialmente necesarios.
En lugar de nuevos impuestazos y tarifazos, planteamos una reforma impositiva donde paguen los que más tienen. Eliminar el impuesto al salario y poner fuertes impuestos progresivos a los ricos. Basta de tarifazos, reestatizar las privatizadas, pero bajo control de trabajadores y usuarios populares. Para luchar por esta salida, sumate al MST en el FIT Unidad, en la perspectiva de un gobierno de los trabajadores y el pueblo.