Diputados y senadores se aumentaron los sueldos un 47%, provocando mucha bronca en la población. La cámara baja tuvo que retroceder, lo que aún no sucedió en la cámara alta.
Miguel Ángel Pichetto (Frente Para la Victoria-PJ) admitió: “Un senador hoy gana 98 o 95 mil pesos”, defendiendo esta barbaridad a capa y espada. Pero la nota la dio Federico Pinedo (PRO), presidente provisional del Senado quien dijo: “Gano $ 83 mil pesos y con una inflación del 35 %, es difícil.” El insulto que se te está cruzando por la cabeza está justificado.
Hagamos comparaciones. La canasta básica es de $ 13.000. El salario mínimo $ 8.000, y hay trabajadores que cobran mucho menos aún. Un plan Argentina Trabaja percibe $3.400. La jubilación mínima ronda los $ 6.000 ¡Y este sinvergüenza se queja porque no le alcanzan $ 83.000 más todo lo que percibe aparte!
Alejado de las grandes mayorías populares ignora que hoy no se llega a fin de mes con la comida, que no hay plata ni para los regalos de los pibes en las fiestas y que será difícil tener vacaciones sin ajustar el cinturón al máximo.
Pinedo es sólo la expresión más brutal de una casta que se maneja con la vieja política de los privilegios y de los altos cargos para familiares y amigos. Los mismos que siempre tuvieron el PJ, el FPV, la UCR y los distintos exponentes patronales como Cambiemos, el PRO y la Coalición Cívica.
Desde el MST-Nueva Izquierda rechazamos el “dietazo.” Y no es la primera vez que lo hacemos. Se supone que quien ocupa un cargo público lo hace por vocación de servicio a la población, no para enriquecerse. Por lo cual nos parece una locura que Macri cobre $ 160.000 y sus ministros $ 150.000. Lo justo sería que diputados, senadores y funcionarios ganen como una maestra o que todo trabajador cobre como ellos. “Que sea Ley”, es lo que propuso Alejandro Bodart en uno de los proyectos presentados cuando fue diputado y también puso su dieta al servicio de las luchas.

Rubén Tzanoff