Si bien el Encuentro siempre es importante para el movimiento feminista, este año tenemos una pulseada decisiva. Dentro del propio Encuentro algunos sectores aceptan y transmiten las presiones antiderechos. Alertamos sobre la postura de Alberto Fernández: plantea primero despenalizar el aborto y en una segunda etapa legalizarlo. Esta división en dos partes, que ya la marea verde rechazó el año pasado, encierra un peligro.
El Encuentro se realiza desde hace 34 años, con miles de mujeres y disidencias, cientos de talleres y una marcha multitudinaria. Es un termómetro del movimiento, su ánimo, sus problemas, sus debates. Este año, la nueva ola feminista mundial exige un nuevo rol al propio Encuentro. Junto al debate sobre método, quién y cómo decide, este Encuentro está atravesado por la crisis política y económica y por una contradicción evidente respecto de la principal lucha que vinimos dando con la marea verde: el derecho al aborto.
El año pasado los antiderechos ganaron la votación en el Senado, que rechazó la ley con media sanción que habíamos logrado en Diputados. Pero como conocen la fuerza de nuestra lucha, quieren asegurarse que el nuevo gobierno que surja de las elecciones de alguna manera ponga freno a la ley. Lamentablemente, el victorioso Alberto Fernández, “‘ya dejó en claro a la Iglesia que su postura es favorable a la despenalización del aborto. Cree que no se puede seguir castigando a las mujeres pero también remarcó que esta no será una prioridad de su gestión, no promoverá el debate y dejará que el tema lo tome el Parlamento si así surge’, confirmó un dirigente del Frente de Todos que está al lado del candidato casi todo el día en esta agitada campaña electoral”(1).
Despenalizar no es legalizar
Como siempre sostuvo la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, nosotres seguimos defendiendo la legalización.
- Primero, porque despenalizar es un cambio inocuo, ya que excluye el aborto seguro y gratuito en el hospital público, única garantía de evitar las muertes por aborto infectado.
- Segundo, porque despenalizar tampoco impide el negocio de las clínicas privadas, a las que sólo pueden acceder los sectores medios y altos: las mujeres pobres seguirán muriendo.
- Tercero, porque dejar la legalización “para después” implica el riesgo de que no llegue nunca. Más cuando el Papa vendrá a nuestro país el año próximo y presionará con todo para impedir la ley.
Esa presión antiderechos ya se siente. En la Campaña, el PCR y sectores peronistas impidieron la encuesta pública que siempre se les hace a les candidates. En la plenaria nacional realizada en marzo en Córdoba, a presión de nuestras compañeras, se había acordado que “en el marco de las elecciones a realizarse este 2019 se exige a los/las candidatas a expedirse respecto de la legalización del aborto voluntario”. Pero luego la comisión de cabildeo de la Campaña terminó haciendo apenas un relevamiento secreto, una especie de punteo interno de cómo quedarían los votos en el nuevo Congreso.
Es una doble capitulación, porque no preguntan a les candidates su posición concreta sobre el aborto ni hacen público el resultado. Entonces no sirve para presionar, que era el objetivo principal y obvio de esa encuesta. Esos mismos sectores se niegan a que el Encuentro de La Plata se pronuncie por el aborto legal con la falsa excusa de “no afectar la religiosidad popular”. Es decir, siguen la orden de CFK de “unir los pañuelos verdes y celestes”. ¿Acaso Macri no perdió por paliza ya? ¿Cómo van a presionar ahora a les candidates celestes que llevaron en las listas, cediendo aún más?
Desde la marea verde hicimos nuestro el proyecto de la Campaña por aborto legal y adoptamos el pañuelo verde como símbolo de lucha. La única manera de vencer las presiones antiderechos es desenmascararlas y enfrentarlas.
¿Manzur, jefe de gabinete?
La relación entre el Vaticano y el PJ es tan aceitada que hace poco el periódico británico Financial Times destacó que fue el Papa quien alentó la reconciliación política entre Alberto y Cristina para construir a través del Frente de Todos un recambio gubernamental al macrismo que sea confiable para el establishment capitalista. Dirigentes como Juan Grabois, Eduardo Valdés, Santiago Cafiero y Guillermo Oliveri forman parte de ese nexo. Y las recientes reuniones entre la cúpula de la Iglesia y Alberto Fernández confirman la permeabilidad del nuevo gobierno frente a los planteos clericales.
Encima circula la versión periodística de que su jefe de gabinete sería nada menos que Juan Manzur, el gobernador de Tucumán. Más allá de tal o cual postura política, ninguna compañera feminista lo debe permitir. ¿O nos vamos a olvidar de la niña de 11 años violada y embarazada por la pareja de su abuela? ¿Nos vamos a olvidar que Lucía fue víctima de todas las violencias del Estado provincial, que le negó su derecho a la ILE y le hizo una cesárea en pos de “salvar las dos vidas”? ¿Nos vamos a olvidar de que Tucumán es la única provincia del país que imparte religión en la escuela pública? ¿Nos vamos a olvidar que es la única provincia que no adhirió a la ley de ESI? Dinosaurios sobran, pero Manzur como jefe de gabinete sería una provocación a todo el feminismo.
Vení con nosotres a La Plata, por aborto legal
Desde Juntas y a la Izquierda, Libre Diversidad y el MST hemos sido consecuentes durante toda la lucha por el aborto legal. Nos viste en cada “martes verde”, cada festival, cada marcha, en todo el país. Y vamos a seguirla en el Encuentro de octubre, enfrentando a los sectores antiderechos y escrachando a la Iglesia Católica y sus socios evangelistas.
Organizate para ir a La Plata con nosotres. Vamos por el aborto legal, el Estado laico y todos nuestros derechos. Vení con nosotres a fortalecer este feminismo antipatriarcal, anticlerical y anticapitalista que no cede a ninguna presión y que está dispuesto a dar vuelta todo.
Andrea Lanzette
1. En www.infobae.com, 22/8/19.