Trotta, el PJ y la derecha, junto a la Iglesia y demás patronales privadas anuncian que se vuelve a las escuelas el 3 de agosto. Pechan para que sea antes, pero CTERA acordó eso. ¿Con quién consultaron? ¿Cómo decidirlo?
Escribe: Francisco Torres
A espaldas de la docencia, estudiantes y familias, el ministro de Educación, Nicolás Trotta, anunció la vuelta a las escuelas para el 3 de agosto, tras el receso invernal. Se pone así en línea con la mayor flexibilización de la cuarentena y el relajo en los controles y cuidados ante la crisis social y sanitaria del coronavirus. Tiene el aval de los gobernadores del PJ y la derecha, la Iglesia, otras confesiones y demás patronales privadas de educación. Lamentablemente y sin consultar, la burocracia docente da el visto bueno.
Muy suelto de cuerpo, Trotta afirmó: “Si se sostienen estos niveles de circulación, que son muy positivos, podemos proyectar en casi todo el territorio nacional la posibilidad de regresar a las aulas en agosto, apenas terminen las vacaciones de invierno”. Pero esto lo dijo al transitar un fuerte pico de contagios (unos 1.000 al día), nada menos que en el área metropolitana, que concentra casi el 40% de la población del país. Al saltar la bronca y los casos, la quiso arreglar diciendo que en el AMBA podrían considerar su evolución.
Si lanzaron este anuncio con tanta anticipación es para instalarlo mediáticamente y en la sociedad. Para ir tanteando, preparar el terreno y “construir los consensos en la comunidad educativa, porque hay sectores con miedos”, como reconoce Trotta. En verdad pechaban porque fuera antes, pero la burocracia Celeste de CTERA y los gremios docentes de la CGT dijeron no ver el “inicio con presencialidad hasta después de las vacaciones de invierno”.
Quieren hacer volver a estudiantes y docentes a las aulas, cuando en el mundo más de 1.100 millones de estudiantes siguen bajo el cierre a nivel nacional de sus escuelas. Son 129 países (67% del total de naciones) y el 64% de toda la matrícula estudiantil planetaria, con cierre nacional de escuelas. Proceso que implica el mayor “ensayo” en la historia de la educación mundial.
En Europa, solo siete países dispusieron reabrir establecimientos: Francia, Suiza, Austria, Noruega, Croacia, Estonia y Bielorrusia. Mientras otros mantienen un cierre parcial o localizado como Alemania, España, Grecia o Hungría y gran parte mantiene sus escuelas bajo cierre total como Italia, Portugal, Irlanda, Ucrania, Bosnia, Servia, Rumania, Bulgaria, Turquía.
En EEUU, aún con Trump, es mayoritario el cierre de escuelas: hay 47 Estados con cierre absoluto (el 94%), y solo 3 no cerraron: Alabama, Nebraska y Wyoming. Así suman 95.000 instituciones cerradas desde que inició la pandemia, con un regreso aún indefinido. A nivel mundial solo se sumaron a abrir las escuelas los países-islas como Japón, Australia y Nueva Zelanda. Más Vietnam y Corea, junto a Nicaragua donde nunca hubo cierre total. En China, hay cierres localizados y aperturas parciales con controles de higiene y cuidados. En Sudamérica, solo Uruguay volvería desde el día 15.
En Israel dispusieron un regreso segmentado desde el 17 de mayo, pero tuvieron que volver a cerrar 110 centros educativos, al confirmarse más de 300 nuevos contagios. Por eso, 16.000 estudiantes y docentes volvieron a la cuarentena. Allí también dijeron tomar estrictas medidas de higiene, de distanciamiento, etc., pero los contagios son excesivos, más en menores.
Alberto y Trotta, siguiendo los lineamientos imperialistas
En su informe sobre cuándo y cómo reabrir escuelas(1), la UNESCO reconoce: “esta decisión es compleja, ya que la pandemia sigue evolucionando, y no disponemos de suficientes elementos sobre los riesgos de transmisión”. Un alerta del organismo que anunció la creación de la Coalición Mundial para la Educación, con países capitalistas, multinacionales de la tecnología, las comunicaciones y la información para ayudar a los gobiernos a mejorar los aprendizajes a distancia y facilitar la reapertura de escuelas.
Sobre la teleeducación tuvieron un fracaso rotundo, previsible bajo la lógica del capitalismo, preocupado por elevar la tasa de ganancia de las corporaciones, banqueros y oligarcas, antes que las necesidades de los pueblos. Así se va a otro fracaso al reabrir escuelas.
Incluso la OMS reconoce que se agrava la crisis, pero organismos imperialistas como el Banco Mundial o la UNESCO publican documentos y recomendaciones(2) a los gobiernos para retornar rápido a la escuela. En una nueva normalidad que asegure la producción y renta capitalista. Necesitan a niñes en las aulas y padres, madres o adultos produciendo. También precisan de la camada que renueva la fuerza laboral cada año y los técnicos, profesionales y cuadros que egresan de secundarias y universidades, hoy con débil formación.
Por eso la hipocresía capitalista no tiene límite. Ya que, en nombre de “los niños marginados y familias pobres”, apuran a los gobiernos para que se vuelva a las aulas. Son los mismos organismos del orden capitalista que trajeron a los pueblos hasta acá, con inmensa desigualdad como Argentina, donde el 60% de niñes está bajo la pobreza.
Lo justifican diciendo que “la interrupción de los servicios educativos tiene consecuencias graves y a largo plazo para las economías y las sociedades”. Por eso urgen a hacerlo, “sin olvidar que las pruebas sobre el riesgo de infección que conlleva la asistencia a la escuela no son concluyentes…”. ¡Cínicos! Claro, si las hijas e hijos de estos agentes del capital, no asisten a esas escuelas públicas, comprometidas. Tampoco la casta política que en Argentina define cuándo volver, siguiendo los mandamientos imperiales.
Para eso el Banco Mundial exige “que los países obtengan, sin demora, información de importancia crítica” sobre escuelas, docentes, estudiantes y comunidades. Pero eso se limita a “encuestas de respuesta rápida” y focalizadas para uso de los gobiernos capitalistas.
Esta línea explica por qué Trotta abrió un Facebook Live para salir en video hablando sobre cómo regresar a la escuela. A lo sumo se le podía mandar un mensaje por chat, una opinión perdida en las redes, un Me Gusta o poner tildes en alguna encuesta de opción múltiple. Con eso deberíamos estar conformes de ser tenidos en cuenta…
Por un urgente Congreso Pedagógico Nacional
Gobierno y burocracia reducen a eso el necesario debate, la imprescindible participación y la decisión democrática de estudiantes, familias y docentes. Es que, para eso crearon el Consejo Asesor para la Planificación del Regreso Presencial a las Aulas(3). Un Consejo donde el gobierno, la Iglesia y las patronales privadas tienen el 64% y los gremios docentes solo el 36%. Y en su primera reunión participaron además la UNESCO, Unicef y “especialistas”.
Pero para decidir sobre la política educativa; sobre cómo y cuándo volver a las aulas en este 2020 y su integración con el 2021; balancear el acompañamiento didáctico -al que falsamente llaman “continuidad pedagógica”-; sobre los contenidos y la construcción democrática de conocimientos socialmente significativos; sobre cómo evaluar y promocionar en los últimos años de primaria y secundaria; para eso y más exigimos un verdadero ámbito de debate y decisión democrática de docentes, estudiantes y familias.
Un mecanismo nacional que garantice la participación democrática de quienes hacemos la educación para poder definir las transformaciones y cambios necesarios. Un Congreso Pedagógico Nacional, con instancias asamblearias por distritos, provincias y regiones. Con congresales docentes, estudiantes y familias para poder decidir y no de sectores que respondan a las corporaciones, el Banco Mundial, la OCDE, la casta política, la Iglesia y sectores de la enseñanza privada, más el coro cómplice de burócratas gremiales como pasa hasta hoy.
Una propuesta y demanda a votar en cada escuela y gremio del país para avanzar a otro paradigma de país y educación, un proyecto socialista que democratice la producción y distribución de riquezas y conocimientos, en beneficio del pueblo trabajador. Sumate para hacerlo realidad.
1. UNESCO, 13 de mayo, 2020. ¿Cuándo, en dónde y cómo volver a abrir las escuelas?
2. Banco Mundial, WFP, Unesco, Abril de 2020. Marco para la reapertura de las escuelas
3. Resolución 2020-423, 29 de mayo, 2020. Ministerio de Educación