MST - Movimiento Socialista de los Trabajadores Lunes 27 de Agosto, actualizado hace 4 hs.

Enfermería empoderada

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Cualquier persona a la que uno pare por la calle y le pregunte qué opina sobre el equipo de salud, y en especial, sobre la enfermería en pandemia, le va a decir 99 a 1, que “hicieron un trabajo gigante, que se merecen todo y las aplaudimos de pie”. Socialmente, tienen reconocimiento, respaldo, aval, afecto y más. Sin embargo, el ausente es el reconocimiento del poder político de CABA, en la persona del jefe de gobierno Larreta. Frente a eso, se planta la ALE: el sindicato independiente de la enfermería empoderada.

Coordinación de Alternativa Salud, CABA.

Si uno repasa la situación salarial, laboral y profesional de la enfermería, no puede creer el cuadro que presenta, pero es dramáticamente real:

  • De promedio, la mayoría tiene ingresos por debajo de la canasta de pobreza de 83 mil pesos
  • Cobran sumas no remunerativas y por eso, no acceden al aguinaldo del 50 % del salario: apenas un 25 o 30 % del mismo
  • Siempre los bonos a la enfermería, son el 40 o 50 % inferiores a los demás profesionales
  • Después de contratar y formar en pandemia a cientos de enfermeras/os, ahora se “decreta” que no hacen falta, que “sobran” y se despide a la mayoría. Una aberración

Casi 5000 enfermeras y enfermeros con formación equivalente a la de cualquier profesional universitario de la salud, son considerados “personal administrativo municipal”, y cobra 50 % menos de salario que los demás profesionales incluidos en la Ley 6035.

El jefe de gobierno nunca las recibió, ni tampoco el ministro Quirós: delegaron esa tarea a segundones, para pedalear y ganar tiempo, apostando al desgaste del colectivo. Hay una enorme subestimación de la enfermería por parte del gobierno de CABA y profundo error de cálculo respecto a qué podemos hacer como movimiento de lucha.

Se metieron con la generación equivocada

Efectivamente, el gobierno de Larreta, y los intereses corporativos y burocráticos se metieron con la generación equivocada. Hay una marea blanca, una marea de la primera línea que no se calla, se organiza de forma independiente del sindicalismo tradicional (co-responsable de todos los atropellos a este colectivo), y que tiene la determinación de seguir la lucha hasta las últimas consecuencias. La ALE fue impulsora del parazo hospitalario del martes 22 de marzo, que mostró la fuerza de la unidad del equipo de salud. Y a la vez, planteó de forma pública, la necesidad de continuar con la unidad en el reclamo de todo el equipo de salud con un nuevo paro, activo, con movilización a la sede de gobierno en CABA y hacer retumbar ese desafío rodeándolo de trabajadores/as de la salud pública de esta ciudad. A la vez, alertamos a la conducción de la AMM (médicos municipales) y a la de la Federación de la que ALE hace parte, con las cuales se mantienen diferencias, pero que se coincide en este reclamo, que hay que practicar un criterio solidario con todo el Equipo de Salud, y las respuestas positivas que le arranquemos al gobierno tienen que ser para el conjunto, sin defensas corporativas de cada sector. La consigna de ALE es: ¡no sobra nadie en el Equipo de Salud!

700 días de pandemia y reclamos elementales

Las demandas del eslabón más numeroso del sistema de salud, que es la enfermería, son muy básicas en la CABA, la ciudad más rica del país, con un PBI “europeo”:

Aumento de emergencia del 60 % y blanqueo de todas las sumas no-remunerativas
Pase a planta permanente de toda la enfermería contratada en pandemia
Reconocimiento salarial, laboral y profesional con la inclusión en la Ley N° 6035.

Este conjunto de reivindicaciones, bien concretas, son las banderas fundamentales que ALE levanta como su programa inmediato y estratégico. Las paritarias del gremio SUTECBA con el gobierno de Larreta terminaron siendo un bumerang, ya que lejos de aplacar la bronca, la incentivó. Después de 700 días de pandemia, de dejar todo, inclusive vidas de decenas de enfermeras/os, a este colectivo no hay como pararlo.

Inundar de firmas y rodear la Legislatura

No queremos dejar de marcar, y anticipar un planteo fundamental, para la Enfermería, para la ALE. La semana que viene, se van a estar completando 30 mil firmas presentadas en Legislatura en apoyo al proyecto de Inclusión en la Ley N° 6035.

Para activar ese mecanismo de la Iniciativa Popular, se requieren 38 mil firmas en total: en abril se van a completar 40 mil y ya anticiparon desde ALE que van a hacer lo que haga falta para que los diputados traten el proyecto de y se termine la inaceptable discriminación a la enfermería.

Por supuesto, hay plena consciencia en la militancia de enfermería que, con la presentación de firmas, no va a alcanzar y que será decisiva la presión en las calles, para que los bloques mayoritarios traten el proyecto y lo aprueben. En ese camino, preparamos una potente acción callejera para respaldar todo el trabajo que se hizo en la recolección de firmas, que sirvió en primer lugar, para masificar la problemática de nuestro sector. Esa es la perspectiva.

Unidad de acción, críticas y estrategia sindical

En CABA, el sindicato de enfermería está desplegando una línea de unidad de acción con la conducción de la Federación de Profesionales (que integran otros 23 sindicatos sectoriales de la salud) y coyunturalmente, en la medida de fuerza, con la Asociación de Médicos Municipales. Estos últimos son la representación del modelo médico hegemónico, que posterga a la enfermería. Sin embargo, la crisis social, inflacionaria y el ajuste salarial, también los golpea, y por eso coincidimos en la protesta. Sin embargo, no dejamos ni por un momento de clarificar nuestras críticas y actuar de forma independiente y apelando en asamblea, al debate democrático con la base de enfermería. Nuestra estrategia apunta a un modelo de salud, opuesto por el vértice al actual: con más presupuesto, co-gestionado por trabajadores y usuarios, sin privilegios de élite para nadie, y con la concepción de equipo inter-disciplinario de salud, para una respuesta integral a las demandas de nuestro pueblo. En ese camino, construimos nuestra propia herramienta de lucha y organización: la Asociación de Licenciados/as en Enfermería.